El otro día estaba leyendo acerca de técnicas de meditación usadas en artes marciales y me encontré con esta que forma parte del  Kuji-in, una práctica Shingon, la escuela budista que fue establecida por Kôbô Daishi (Kûkai) a principios del período Heian en Japón (Siglo IX), y sus enseñanzas son conocidas como Budismo Esotérico Shingon (Budismo Shingon). Esta forma de Budismo es conocida en japonés como mikkyô, que significa “enseñanza secreta”. La practica del Kuji-in se compone de la combinación de:


 Mantra (palabras sagradas o de poder), tema complejo que los practicantes de aikido pueden recordar con la palabra kotodama y queda enlazada con la escritura por lo que requiere sus propios textos lo mismo el siguiente aspecto.

Mandala (visualización esquemática del universo para dirigir la concentración) Podían ser representaciones simbólicas en cuadros o dibujos para centrar la atención de la mente, o dibujos en el suelo de Kanjis protectores (Kamiyomoji), o fotografías de grandes maestros como protección en la meditación.

y el Mudra (posturas de mano para canalización de la energía).

Los mudras tienen su origen en la tradición hindú y son gestos que se realizan con las manos y los dedos para calmar la mente, ayudar a la concentración y producir bienestar y felicidad. Son una parte muy importante en la práctica de yoga y meditación.

También sabemos que algunos movimientos de las manos y de los dedos ayudan al cerebro a esquematizar la coordinación física. Por ejemplo, los niños que tocan piano obtienen notas superiores en 27% que los niños que no lo hacen: se le llama efecto Mozart. Las posiciones de manos y dedos ayudaron a preparar la mente para un funcionamiento óptimo.

Desde esta enseñanza, cada área de la mano ayuda a controlar un área específica del cerebro aumentando las conexiones entre neuronas y forjando nuevas vías de acceso neuronales, fomentando la plasticidad cerebral y la capacidad del cerebro para renovarse. La mayor parte de la renovación se da en la corteza motora del cerebro, que controla el movimiento físico. Otro beneficio de practicar mudras es que mejoran la atención y el estado de ánimo.

El sistema nervioso está involucrado en absolutamente todo. Cualquier proceso que realiza nuestro cuerpo es posible gracias a este conjunto interconectado de neuronas que permite que, un recipiente de células como somos los humanos (y cualquier otro ser vivo), dé lugar a un organismo complejo capaz de relacionarse tanto con el medio como consigo mismo.

Desde el latir del corazón hasta experimentar olores, pasando por sentir los cambios de temperatura, disponer de sentido del tacto, caminar, correr, pensar, imaginar, recordar, respirar… Cualquier proceso fisiológico imaginable es posible gracias a que disponemos de una “autopista” de transmisión de información.

Y esta información, que en nuestro cuerpo circula en forma de impulsos eléctricos, viaja a través de las neuronas para llegar a su sitio de destino, ya sea el cerebro o cualquier músculo, tejido u órgano del organismo. 

La información acerca de los ambientes interno y externo activa el sistema nervioso central (SNC) por medio de receptores sensoriales, los cuales son transductores que convierten diversas formas de energía en potenciales de acción en neuronas.

Hago una pausa aquí, sé que hay quienes quieren ver el tema del KI respecto a los mudras. Coincidamos con la ciencia en que somos energía y voluntad. Una energía mejor canalizada es lo que se busca. Regresemos al sistema nervioso.

Los receptores sensoriales pueden ser terminaciones especializadas de fibras nerviosas aferentes, y a menudo se relacionan con células no neurales que los rodean, lo que forma un órgano de sentido. El tacto y la presión son detectados mediante cuatro tipos de mecanorreceptores. Los mecanorreceptores son un tipo de receptores que se localizan en la piel, y que tienen como función identificar el tacto y los cambios que se presentan por la contracción muscular y la presión en los elementos articulares. Permite conocer la posición del cuerpo y el grado de contracción de los músculos. A este grupo pertenecen los filamentos anuloespirales, los órganos tendinosos de Golgi y los corpúsculos de Pacini de las articulaciones.

Los corpúsculos de Meissner son dendritas (prolongaciones neuronales) encapsuladas en tejido conjuntivo, y muestran respuesta a cambios de la textura y vibraciones lentas. Son un grupo de terminaciones nerviosas que tienen la función de recibir las sensaciones táctiles ligeras y las vibraciones que no sobrepasen los 50 hertz, es decir aquellas frecuencia eléctricas que son de baja intensidad.

Estos receptores pueden verse alterados cuando hay presencia de enfermedades donde se altera la sensibilidad tanto térmica como táctil, lo cual hace que la persona reaccione exageradamente o que no responda ante estímulos que son normales.

Una respuesta exagerada es cuando se toca la piel del paciente ligeramente y este responde con dolor. Este tipo de dolor es llamado neuropático y aparece en enfermedades como la neuropatía periférica.

Las células de Merkelson terminaciones dendríticas expandidas, y muestran respuesta a presión y tacto sostenidos. Además de estar localizados en la dermis de la piel también se ubican en los dedos. En los dedos son muy importantes y mucho más sensibles que en otras zona del cuerpo, ya que cuando queremos determinar una textura, usamos los extremos de los dedos para tocar.

Los corpúsculos de Ruffini son terminaciones dendríticas agrandadas con cápsulas alargadas, y muestran respuesta a presión sostenida. Además de ser los únicos localizados en la piel que se encargan de identificar cuando la temperatura aumenta, es decir cuando hay presencia de calor, también es considerado como un mecanorreceptor ya que es capaz de detectar cuando se ejecuta un estiramiento de la piel.

Los corpúsculos de Pacini constan de terminaciones dendríticas no mielinizadas de una fibra nerviosa sensorial, encapsuladas por láminas concéntricas de tejido conjuntivo que dan al órgano el aspecto de una cebolla perla; tienen la función de percibir las sensaciones profundas, es por eso que son capaces de detectar tanto en la piel como en el tejido conectivo y los huesos, los cambios que se producen en la intensidad de la presión y las diferentes vibraciones. .  Son receptores profundos que perciben sensaciones diferentes al tacto, estos además de localizarse en la capa dermis de la piel, también se encuentran en el tejido conectivo, en la capa que recubre los huesos que es conocida como periostio, en órganos como el páncreas, en el aparato sexual femenino y masculino y en una zona del intestino delgado.

 Es muy importante recordar que las neuronas son células individuales y, a pesar de que se agrupan formando “filas” de miles de millones de ellas, hay un espacio entre cada una.

Y para transmitir señales, hay que conseguir que el mensaje, en forma de impulso eléctrico, llegue desde una parte del cuerpo a otra. Ya sea un mensaje con la información “me estoy quemando” desde las neuronas receptores en la punta de los dedos hasta el cerebro o “mueve la mano” desde el cerebro hasta los músculos de las manos, hay que conseguir que el impulso viaje de forma increíblemente rápida (a más de 360 km/h) a lo largo de una red de miles de millones de neuronas.

Los neurotransmisores no son nada más que sustancias químicas que trabajan como mensajeros entre las neuronas. La mayoría son conocidos como dopamina, serotonina, adrenalina, acetilcolina y gaba. Los beneficios que aportan Los neurotransmisores llegan a controlar una gran parte de nuestro estado mental, como la concentración, la calidad del sueño, el descanso, la memoria, el aprendizaje o gestión de situaciones de estrés. La euforia que sentimos después de hacer deporte durante más de 30 minutos es debido a un aumento de producción de ciertos neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina.

El cortisol es una hormona que se dispara cuando estamos nerviosos. Además, en situaciones de estrés, se activa la amígdala, responsable de emociones básicas tales como la rabia o el miedo y se reduce la actividad de la corteza prefrontal, encargada de gestionar el autocontrol y la disciplina. Numerosos estudios demuestran que, a través de la práctica regular de la meditación, los niveles de cortisol caen, lo que contribuye a mantener a raya el estrés y todas las reacciones químicas asociadas a este.

La materia gris forma parte del sistema nervioso central, que se encarga del control de los músculos y la percepción sensorial. En la Facultad de Medicina de Harvard han descubierto que, después de dos meses de practicar yoga, aumenta la densidad de la materia gris en el hipocampo. En opinión de los investigadores, la densidad de esta parte de la mente lleva a aumentar nuestra conciencia y a mejorar tanto la memoria como la capacidad de aprendizaje.

Cierro con ejemplos de Mudras básicos: 

GYAN MUDRA – “pasivo” (sello del conocimiento)

La yema del dedo pulgar toca la yema del dedo índice con los dedos extendidos horizonalmente. Estimula el conocimiento, la sabiduría y el poder de computar, representa expansión. Es el mudra más usado. Da receptividad y calma. También significa una conciencia de la ilusión del yo, sin abandono de la personalidad.

GYAN MUDRA – “activo”

El pulgar se sella sobre la uña del dedo índice, a fin de que la uña presione la parte posterior del pulgar con los otros dedos extendidos horizontalmente. En la práctica de pranayamas  (control de la respiración) designa los ejercicios respiratorios que conducen a la concentración y control del "prana" (energía contenida en la respiración dentro del organismo)  Un tema del que ya hablé. 

SHUNI MUDRA (“sello de la paciencia”)

Se coloca la yema del dedo medio o corazón con la yema del pulgar mientras los otros están extendidos hacia arriba. Da paciencia, discernimiento y compromiso, representa el maestro de tareas, la ley del karma, el tomar la responsabilidad y el coraje para apegarse al deber.

SURYA MUDRA O RAVI MUDRA (“sello del sol o sello de la vida”)

La yema del dedo anular toca la punta del dedo pulgar con los otros dedos relajados en forma horizontal. Da energía revitalizadora, buena salud, fortalece el sistema nervioso y confiere el poder para ganar.

MUDRA DE ORACION (“Pranam mudra”)

Las palmas de las manos están juntas y planas para neutralizar el lado positivo (derecho o masculino-yan) y el negativo (izquierdo o femenino-yin) del cuerpo.  Es también usado en las culturas occidentales. Desde la perspectiva católica la actitud de tener las manos juntas es también el gesto de uno que se concentra en algo, que interioriza sus sentimientos de fe. Es la postura de unas manos en paz y no «distraídas» en el momento de orar. Se considera señal de que se es consciente de estar en la presencia de Dios; por tanto es un gesto de humildad, de actitud orante y confiada.

La historia de cómo se asimiló por el cristianismo no tiene que ver con la cultura hindú, sino en los tiempos de la persecución romana. 

 El símbolo con las manos de oración es reconocible para los cristianos, pero los creyentes judíos y musulmanes no rezan con las manos juntas. Y en Japón se ve como una forma de decir por favor o gracias.

El gesto del Namasté, el Atmanjali mudra, habla de nuestra valoración interna acerca de lo sagrado que nos rodea. Es reconocer nuestra intuición de que existe algo de divino en cada cosa, en cada esencia. El gesto usado para reverenciar en Namaste o en Gassho es llevando las palmas abiertas juntas: normalmente al pecho, o un poco más arriba como debajo de la barbilla, debajo de la nariz, o sobre la cabeza.




Ganesha Mudra o cerradura de oso. 

Para la cerradura de oso, coloca la palma izquierda viendo hacia fuera desde el pecho con el pulgar hacia abajo. Coloca la palma de la mano derecha viendo el pecho. Junta los dedos. Enrosca los dedos de ambas manos para que estás formen un puño. Este mudra es usado para estimular el corazón y para intensificar la concentración. El Ganesha Mudra puede ser utilizado cada vez que lleve a cabo algún empeño. Simboliza la fuerza cuando encara las dificultades.  Afloja la tensión.

BUDDHA MUDRA (MANOS EN EL REGAZO)

Este es el mudra con que ilustro el texto. 

Para un hombre, descansa la palma izquierda en el regazo y dirigida hacia arriba. Coloca la mano derecha (palma hacia arriba) encima de ella. Juntas las yemas de los pulgares. Las posiciones de las manos están invertidas para una mujer

Elimina el estrés y la presión mental. Procura paz a nuestros pensamientos y elimina aquellos que nos estén haciendo daño. Limpia y renueva la energía emocional, sanando las heridas del pasado y esperanzándonos para el futuro.   Ayuda a despertar la conciencia.


 Para ver más mudras "básicos" : https://www.pranam.es/mudras/





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